Testimonios

* Fragmento de una carta de mi hermano Damián: “Solo en ese momento comprendí, definitivamente, que más allá de parecidos físicos y sensaciones familiares, la prueba contundente de que Carolina y Jorgelina eran esa niña, que junto con su nombre había perdido también toda posibilidad de recordar sus primeras vivencias. Pero, así como, sin saberlo, había plasmado en el papel aquella imagen tan viva de la casa materna, donde ella jugaba con sus primos, antes de cumplir 3 años, un lápiz y un pincel fueron también sus herramientas para horadar pacientemente aquel grueso muro de oscuridad y silencio que la rodeaba”… Damian Sarrabayrouse.

 

* Presentación Muestra G.I.R - Roma 2013 - Inauguración 15 de Noviembre:
"Hay rincones oscuros en cada uno de nosotros , algo así como bajoescaleras, áticos o sótanos donde rara vez se encuentra una luz para encender y apenas uno se aventura. Lo  que primero de todo golpea  en la exposición Jorgelina es algo similar a los pedazos que han quedado flotando donde hubo un naufragio. Al verlos a todos juntos, a estos dibujos, estos collages, estas pinturas y estas instalaciones, uno se encuentra entonces frente a un enigma, que contiene resonancias antiquísimas y nos recuerda la antigua esfinge y la posterior tragedia de Edipo, que representa los límites que, en toda sociedad humana, se derivan de la pertenencia a una sola familia, sino también la tragedia de su hija Antígona, quien representa los límites que, en cualquier sociedad humana, se derivan de un único poder en su afán de reafirmarse.
Hay algo muy cruel y desestabilizador en la tragedia que afecta a Jorgelina con sólo tres años y medio de edad, cuando la psique del niño aún no está estructurada, y la persiguió, empujándola aquí y allá, mientras su mente no podía más que luchar en su búsqueda de un equilibrio a pesar de las heridas internas.
La de Jorgelina es una historia individual, pero es importante recordar, no aislada. Debe estar anclada –comprendida- en la historia colectiva, en ese resurgimiento del nazismo en Argentina que hizo que una minoría de la sociedad declarase guerra a la entera población, a fin de evitar su derrotero democrático, y encaminarlo hacia el neoliberalismo. Lo hizo a través de la estrategia de la desaparición, la única manera de diezmar a la generación que habría debido convertirse en la clase dominante de Argentina, sin que el país ni el mundo entero se volviese contra él, lo hizo para doblegar al pueblo argentino, inculcando en ellos el temor de que que si ya había podido suceder, podía volver a hacerlo. Hay un hilo común que une a la parálisis de los argentinos frente al saqueo de su país, uno de los más ricos del mundo en recursos, incluso después de la recuperación de la democracia , y la estrategia implementada por los militares, desviada, brutal, intraducible en categorías de pensamiento que la humanidad ha utilizado históricamente, porque nunca antes había hecho desaparecer el cuerpo del enemigo muerto y esa falta de un cuerpo afectaba  aún más cruelmente a la posibilidad de esperanza, junto a la laceración.
Al igual que el pueblo argentino, Jorgelina debe haber vagado mucho tiempo en la oscuridad del laberinto, en el limbo de lo incomprensible, en la agonía de sufrimiento de la falta de identidad, a lo que habría podido conducir -esa falsa aprobación en relación a su –falsa- familia, y a la sociedad,  a la locura, si no a algo peor. Pero dentro de esa frágil criatura de poco más de tres años, fue la impronta del amor maternal y la chispa que caracteriza a la humanidad desde las cuevas y que siempre la  acompaña en sus duros momenots de evolución: la creatividad artística, que garantiza que la humanidad pueda narrarse o representarse o busque captar el ritmo y los sonidos en los cuales y con los cuales vivimos.
Había un agujero negro (N.del T.: hay, digo yo, algún buco, algún agujero que NO sea negro, arriesgo, de repente, o sea?!!!!) en el pasado remoto  de Jorgelina, un grumo cerrado, doliente y comprimido, que excluía la posibilidad del color, pero al poder sacarlo afuera, al poder representarlo, Jorgelina debe haber descubierto la capacidad de ir siempre más lejos y más atrás, remontando lentamente la corriente, hacia algo impronunciable, que le había devastado la esencia de su existencia.
 Debe haber sido un doloroso recorrido iniciaciatico, que podría convertirse en calvario, pero la ha llevado a la identidad. Como si la excavación en sí misma y en su dolor, representando en el papel o en la tela las formas y los fantasmas que resurgían gradualmente, Jorgelina se haya acercado siempre a la fuente secreta que estaba en su interior y de la que había sido arrancada, remontándose hasta los colores, las pulsiones, a los ritmos de una vida plena. Y es interessante notar que lo hizo en paralelo a la trayectoria de los argentinos que, tras el estallido de ira incontrolable que tuvo lugar en 2001, parece haber tomado conciencia de la violencia súbita y avanzar hacia la reconstrucción de la verdad  y  consecución de la justicia, pues aun tardía, es  -como la memoria- uno los pilares de la democracia.
Aquí me detengo, porque el camino que Jorgelina ha encontrado apenas comienza. Todo lo que queda es dar las gracias a la Casa de la Memoria por esta maravillosa iniciativa y todos los que hicieron posible , en particular, la Embajada de Argentina, la ciudad de Roma y la  amiga reencontrada, Valeria, quien estuvo aquí ayer, arremangada en plena tarea. Sólo nos resta esperar a tener a Jorgelina nuevamente pronto con nosotros, con nuevos cuadros y nuevas experiencias, en esta larga senda, en este largo viaje de vuelta a casa, pues eso es la vida." Erico Calamai. * Del espacio habitado de la arquitectura, a las geografías interiores: "Kant aborda el binomio “espacio/tiempo” desde el espacio y Paul Ricœur, al tratar sobre el espacio habitado en su obra La memoria, la historia, el olvido afirma que es particularmente elocuente el recuerdo de haber vivido en una determinada casa de tal ciudad. Esto teje una memoria íntima y una memoria compartida a la vez.
La fenomenología del “sitio” o del “lugar” utiliza expresiones como emplazamiento y desplazamiento. En estas alternancias de reposo y de movimiento se inserta el acto de “vivir en” con sus polaridades propias: residir y desplazarse, cobijarse bajo techo, atravesar el umbral y salir afuera.
El “no-lugar” de Michel de Certeau o el “fuera de lugar” de Edward Said:
En La debilidad de creer, De Certeau, afirma que los cristianos partimos de un no-lugar: la experiencia de la tumba vacía, que nunca podrá llenarse de certezas absolutas, poseídas como fortalezas desde donde se defiende la verdad. Por el contrario, el desarraigo, la pérdida, el secuestro, el exilio, esto es, la situación de estar fuera de lugar, contribuye a la búsqueda de un lugar propio como la filosofía, la poesía, la escritura, el arte, la mística.

* La identidad plural de Jorgelina/ Carolina:
La polaridad convive con nosotros y nosotras y no sólo en vos, Caro-Jorgelina.
Estas experiencias tan complejas, tan duras a las que no acabamos de ponerle palabras − como lo es el ser hija de una pareja desaparecida − se tornan invitaciones para movilizarnos, para desplazarnos, para atravesar fronteras geográficas y existenciales. Los encuentros y desencuentros, abren espacios interiores y exteriores y de allí surgen palabras, hijos, acciones: Ignacio, Camila y Juan Manuel, tus cuadros, tus clases de arte en Las Tunas como intentos de desbaratar la deshumanización de la miseria… Finalmente, esta página es mi regalo para vos, Jorgelina, con la certeza de que las débiles presencias de los ausentes tejen una trama con nuestras existencias actuales. La escribo con la pena por los discursos rígidos de los que siguen creyendo en las acciones salvadoras o de los que siguen distinguiendo las personas con las categorías de “los nuestros” y “los enemigos”. Pero principalmente con la esperanza de que los espacios abiertos por los que participen en “tu” muestra sigan construyendo, narrando, pensando, actuando, sintiendo los infinitos espacios humanos que no alcanza una vida para recorrer."
Diana Viñoles - Profesora de Filosofía (UBA) - Abril de 2010
Fue mi superiora en la Congregación Religiosa en la que estuve 6años.(Las dos salimos en momentos distintos de la Congregación y hoy seguimos siendo amigas).